El título del presente estudio es una frase que se encuentra en Proverbios 4:9. El capítulo 4, en general, nos invita a prestar atención a la Sabiduría. Pero la Sabiduría, a la luz de este pasaje, no solo implica conocimiento, sino que también denota aplicación, obediencia, dedicación, consistencia, sacrificio y entusiasmo. La Sabiduría, además, promete vida, protección y honor. El versículo presenta a la “sabiduría” como una corona lista para ser puesta sobre la cabeza de alguien que confiesa su alianza con ella. La Sabiduría es un don divino que concede Dios, que crece y se fortalece con la experiencia cotidiana. El mejor ejemplo de Sabiduría que nos presenta Dios es su hijo Jesucristo, el Rey de Reyes.
El propósito de nuestro estudio
Hemos sido llamados a participar en el Cuerpo de Cristo. Esto quiere decir que participamos con otras personas de una diversidad de experiencias y culturas en la comunidad que perpetúa el amor de Dios en Jesucristo hacia la humanidad.
Afortunadamente, el Nuevo Testamento está lleno de instrucciones acerca de cómo vivir juntos, como hermanos y hermanas en Cristo. Por ejemplo, nos enseña que cultivar la vida en comunidad requiere:
Sinceridad – hablaremos la verdad en amor
Humildad – reconoceremos nuestras debilidades
Amabilidad – respetaremos nuestras diferencias
Confidencialidad – Guardaremos siempre la reserva del caso y evitaremos los chismes.
Contacto frecuente – haremos del grupo una prioridad
¡Al leer esta lista de normas de vida, nos resultará obvio entender el motivo por el que la comunión genuina no es tan corriente!
Consiste en renunciar a nuestro egocentrismo e independencia para transformarnos en interdependientes. Por eso, queridos hermanos, nos embarcamos en un estudio del tema de la Biblia – La Gracia.
“En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.”
(1 Juan 3:16)
Guillermo Rawson (Enero 2010)